El médico evalúa la movilidad de la articulación y el estado de los músculos que la rodean. Busca la presencia de líquido en la articulación y la presencia de signos inflamatorios.
- La movilidad articular refleja la rigidez de la articulación.
El desgaste muscular (atrofia) es una consecuencia de la rigidez porque una menor movilidad conduce a una menor actividad.
La rigidez muscular y la atrofia deben recibir tratamiento (ejercicios de rehabilitación con o sin la ayuda de un fisioterapeuta).
- La búsqueda de los primeros signos “inflamatorios” (líquido en la articulación, calor peri-articular) es esencial para la gestión temprana de cualquier “brote” de artrosis.